HUMO BLANCO
HUMO BLANCO, pronto. Con un trato en la prensa y medios digitales propios de un rockstar, más de una decena de cardenales son mencionados y entre los cuales se habrá de elegir al sucesor del Papa Francisco en el Vaticano. Cónclave de por medio, los cardenales se han encerrado a piedra y lodo en la Capilla Sixtina y, aparte de que esa grilla se cuece aparte, afuera, al mejor estilo de la Fórmula 1, no pocos medios ubican en la ´pole position’ al filipino Luis Antonio Tagle (‘Chito’) de 67 años que, dicen, es el más carismático de todos y hasta le gusta el bailongo. Su popularidad llega al 84 por ciento según sus apologistas. Es el más popular, pues. Parolini y otros vienen enseguida, pero habrán de ser el poder y la influencia de los cardenales italianos —no pocos de ellos contrarios siempre a Francisco—; de los estadunidenses, a los que el finado Papa castigó por tener a varios pedófilos en sus filas, de los alemanes, y otros —entre ellos Matteo Zuppi, promocionado publicitariamente hasta por el mismo Doctor Simi— lo que prevalezca en lograr una candidatura especial en una elección a llevarse a cabo en esta misma semana con la salida del humo blanco desde la Capilla Sixtina. Y mientras los astrólogos, magos, adivinadores y hasta los que recurren a Nostradamus lanzan sus cartas sobre sus candidatos, los medios informativos especulan sobre cómo habrá de ser esta nueva era en el Obispado de Roma que tiene a más de mil 400 millones de católicos en todo el planeta, planeta que en este momento padece muchísimo y disímbolos problemas de todo tipo. Irónicamente Roma es un ejemplo de ello: ‘la ciudad de las Siete Colinas’ es una de las capitales del mundo con más iglesias y enormes, monumentales, majestuosas y bellísimas catedrales, sí… pero vacías de fieles. Ya Bergolio había advertido la crisis de la religión católica en el mundo, e instaba a gastar los zapatos para que una y otra vez los sacerdotes y obispos se acercaran más al pueblo, a sus necesidades, para consolarlo. Pedía, por así decirlo, a que se levantaran como nuevos templarios para defender a la Iglesia. Claro, ese será un punto toral que tendrá que abordar, y cuanto antes, el nuevo Papa después de la elección que tendrá lugar ya en unas cuantas horas, elección donde, ojo, es eliminado cualquier sentido de la lógica. ¿Cómo será la nueva impronta del sucesor de Pedro? Es muy temprano para saberlo. Así que, apostadores, encuestadores y demás especuladores, no le hagan tanto ruido a su chicharrón.
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